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La estructura de la piel

La piel es el mayor órgano funcional del cuerpo humano y cubre entre 1,5 y 2 m² de superficie en el adulto medio, siendo su espesor muy variable dependiendo de la localización. Puede variar desde los 0,5 mm en los párpados a los 4 mm de los talones.

Está formada por 3 capas:

1. Epidermis

Es la capa más superficial y está constituida a su vez por 4 capas dispuestas en planos, que se descaman y renuevan continuamente. El tiempo que tarda en renovarse en su totalidad es de aproximadamente 28 días.

La epidermis está constituida por 3 tipos  de células:

–       Queratinocitos: estas células producen queratina. Ésta es una proteína que actúa como una sustancia impermeable que explica en parte la función protectora que ejerce sobre la piel. A medida  que las células  envejecen se produce el almacenamiento en ellas de esta sustancia. Forma una estructura de gran resistencia.

–       Melanocitos: estas células producen melanina, que es la responsable del color de la piel y cuya función principal es la protección natural contra la radiación solar.

–       Células de Langerhans: forman parte del sistema inmunológico (de defensa del organismo) ayudando a proteger al organismo de la entrada de microorganismos responsables de las infecciones.

2. Dermis

Está situada bajo la epidermis y tiene un espesor variable. Alberga en ella los vasos sanguíneos, responsables del aporte de nutrientes y por tanto de la “alimentación “de la piel.

–       Sus componentes principales son el colágeno y la elastina, que se combinan formando una especie de entramado que le confieren la resistencia y elasticidad características de una piel sana.

–       En la dermis se encuentran también los “receptores sensoriales” que son los responsables de transmitir estímulos  de presión, temperatura y dolor.

–       Contiene glándulas sebáceas y sudoríparas encargadas de la secreción de sebo y sudor tan importante también como barrera defensiva.

3. Hipodermis

 Es la capa más profunda, situada bajo la dermis. Es un tejido graso que puede ser más ó menos abundante dependiendo de las personas y cuyo espesor  varía en las diferentes  las partes del cuerpo.

Este tejido graso es imprescindible para la salud ya que supone un importante depósito de energía.

Funciones de la piel

1. Protección

Es quizá la función de la piel más evidente ya que actúa como barrera protectora que aísla al organismo del medio externo protegiéndolo de la entrada de sustancias potencialmente tóxicas y al mismo tiempo permite eliminar a través de ella otras que, produciéndose en nuestro interior, necesitamos eliminar. Es, por tanto, una barrera “permeable”.

2. Regulación de la temperatura o termorregulación

La piel es el primer órgano que capta los cambios de temperatura ambientales a través de sus receptores sensitivos,  informando  de ello al Sistema Nervioso Central. Esto supone el estímulo de procesos tales como sudoración, dilatación de los vasos sanguíneos y producción de sebo que  perfectamente regulados,  se encargan de   mantener el medio interno a una temperatura más o menos constante de 37º C.

3. Transmisión sensorial

Es capaz de transmitir información entre el medio interno (nuestro organismo) y el medio externo (todo lo que nos rodea)  y lo hace a través de múltiples terminaciones nerviosas que transmiten estímulos táctiles, térmicos y dolorosos.

4. Regulación metabólica

La piel está involucrada en la síntesis de vitamina D, imprescindible para el metabolismo del calcio y por tanto para el crecimiento y mantenimiento  de los huesos.

Tiene también un importante papel en la reserva de nutrientes y energía ya que establece un intercambio continuo entre el almacenamiento de triglicéridos en los adipocitos (células grasas) y la liberación de ácidos grasos en sangre.

5. Respuesta inmunitaria

La piel forma parte del sistema inmunológico del organismo.

Las células de Langerhans detectan los antígenos que llegan a la piel (sustancias potencialmente perjudiciales), desencadenando los mecanismos de defensa inmunológica.

Los queratinocitos, por su parte, favorecen la maduración de los Linfocitos T que son las células responsables de la respuesta defensiva del organismo.

6. Estética y social

La piel, sobre todo de las áreas expuestas, es “nuestra principal tarjeta de presentación” ya que puede  reflejar enfermedades o alteraciones de otros órganos. Una piel limpia y sana proyecta una imagen de salud que puede ser muy importante para una vida de relación.

Elaborado por la Doctora Teresa García

Fotografía de jabones artesanales de laurel, arcilla y AOVE por la Doctora Teresa García