La buena imagen que tiene el aceite de oliva hace que muchos productos quieran asociar su nombre al suyo. En muchas etiquetas podemos ver como se destaca que esos productos están elaborados o contienen aceite de oliva, cuando el porcentaje de el aceite de oliva es mínimo, en algunos casos no llega ni al 5% de su composición. Hoy hablamos de aceite de oliva y su uso comercial.

Aceite de oliva y su uso comercial, algunos casos.

Y esas estafas se producen en cualquier tipo de productos: atún en lata, conservas de tomate, patatas fritas… el aceite de oliva se ha convertido en un reclamo comercial para muchas marcas, que no dudan en utilizarlo porque las multas que suelen imponerse cuando se descubren algunas de esas estafas no son muy elevadas.

Si alguien lo duda solo hay que mirar el caso más conocido: el de las patatas fritas Lays Artesanas. En 2003 una empresa de la competencia reveló la estafa: aunque en las etiquetas de los productos ponía en grande ‘Aceite de oliva 100%’, lo cierto es que solo usaban un 2% de este aceite, el resto eran grasas vegetales. Así se indicaba, en letra mucho más pequeña, en los ingredientes que aparecían en la parte trasera del paquete, donde también se decía que el método de elaboración no era artesanal. Así que la estafa era doble, ni artesanas, ni aceite de oliva.

La sentencia obligó a Lays a retirar el producto y además destacaba el papel que había jugado el marketing en las ventas de estas patatas fritas, ya que una prueba pericial indicaba que el 90% de los encuestados creían que esas patatas estaban fritas en aceite de oliva. Pero aún así, la estafa salió barata: 22.000 euros de multa.

Aceite de oliva y su uso comercial erróneo, consecuencias.

Además, la retirada del producto no fue tal, porque al poco tiempo salió al mercado un nuevo paquete de patatas fritas Lays, pero esta vez en lugar de ser 100% aceite de oliva, son 100% artesanais (en portugués, artesanas, porque se pretendía unificar el packaging según ha manifestado la firma encargada del nuevo diseño). Pero una cosa es lo que dice las etiquetas de esos productos y otra lo que dice la web, que las sigue llamando artesanas y afirma que están hechas con aceite de oliva al 100%.

Hay otros casos en los que las etiquetas utilizan el aceite de oliva, como la margarina Flora, donde la palabra ‘oliva’ está escrita con grandes letras y parece que esté elaborada de aceite de oliva, cuando solo lleva un 20% (sobre el 40%de la materia grasa). Y otro ejemplo de equívocos es un aceite de oliva 0,0, que puede hacerte pensar que no tiene calorías, pero esto es imposible en estos productos, ya que el aceite de oliva aporta 9 kcal/gr.

Por eso es importante leer bien todas las etiquetas de los productos, no solo lo que está escrito de manera más llamativa, porque eso puede inducirnos a caer en una de estas estafas con aceite de oliva. Estafas que no van a perjudicar a nuestra salud, pero sin duda, no vamos a lograr los beneficios que pensábamos. Al fin y al cabo no es lo mismo consumir un producto elaborado con aceite de oliva que con aceites o grasas vegetales.