Un reciente estudio de la Comisión Europea afirma que el consumo de aceite de oliva está superando (y lo seguirá haciendo en los próximos años) a otros aceites vegetales de inferior calidad o más económicos, incluso a la mantequilla, tanto en nuestros hogares como en establecimientos gastronómicos.

Según un amplio informe del Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, que cubre el período 2022/2032, en los próximos años se espera una demanda significativamente inferior de aceites vegetales, como el aceite de girasol, particularmente en países no productores de aceite de oliva, tendencia impulsada por la imagen saludable de este y la creciente popularidad de la dieta mediterránea.

Paralelamente, se espera que esta tendencia contribuya también en la disminución del consumo de mantequilla, tanto en la cocina casera como en los establecimientos gastronómicos en general. Según comentábamos en un artículo anterior, los AOVE ofrecen ácidos grasos monoinsaturados de tipo Omega 3, que serían mucho más beneficiosos para la salud que los de otras grasas como las saturadas o las trans, las menos saludables de todas.

Europa apuesta por el aceite de oliva.

El informe de la Comisión Europea indica que la creciente demanda de aceite de oliva también seguirá fomentando la expansión de la olivicultura en los principales países productores, dado el sostenido aumento del consumo en la mayoría de los países europeos durante las últimas tres décadas, datos que coinciden con las expectativas manifestadas también desde el Consejo Oleícola Internacional.

Europa apuesta por lo saludable, el Aceite de Oliva gana terreno a la mantequilla y al aceite de girasol

Según datos publicados en el informe, esta tendencia se aprecia ya en el consumo de países como Alemania, que aumentó de 9.800 toneladas en el año 1991/92 a 76.900 toneladas estimadas para 2021/22. A su vez, muchos otros países de la Unión Europea con muy escaso historial de consumo de aceite de oliva, también han visto aumentar significativamente la tendencia, como es el caso de Polonia, con un consumo que ha pasado de 3.200 toneladas en 2003/04 a 12.000 toneladas en 2021/22.

Tal como establece el informe, en las últimas tres décadas el consumo de aceite de oliva en países no productores de la Unión Europea ha pasado de 24.100 a 162.700 toneladas. A su vez, en el mismo período, el consumo de aceite de oliva se ha cuadriplicado en países no productores fuera de la UE, con un vertiginoso ascenso de 246.000 toneladas a 1,1 millones de toneladas.

Calidad y sostenibilidad en nuestros hábitos de consumo.

Estas tendencias coinciden también con otros estudios independientes, como el realizado por la consultora multinacional Ernst & Young, donde establecen que los consumidores estamos eligiendo realizar compras más sostenibles, como forma de aportación para preservar el medio ambiente, e incluso como forma de compromiso del consumidor en el impacto social que ocasionan nuestros hábitos alimenticios.

Tras los efectos de la pandemia que aún sufren muchos hogares y la situación inflacionista e incertidumbre geopolítica que rodea la invasión rusa de Ucrania, todos los indicadores señalan que el consumo de muchos productos alimenticios tiene una clara tendencia hacia la calidad y la sostenibilidad.

A su vez, estos hábitos de consumo se apoyan en el cada vez más profundo conocimiento por parte del público de las ventajas que aportan productos como el Aceite de Oliva Virgen Extra y los indudables beneficios de dietas como la mediterránea.

En este sentido, infinidad de estudios científicos sobre el impacto beneficioso del AOVE a nivel nutricional, coinciden plenamente en que la calidad es uno de los factores más importantes.

Los Aceites de Oliva Virgen Extra 5 Elementos de La Pontezuela cuentan con más de 72 galardones nacionales e internacionales y cuentan con el sello de calidad SIQEV.

Europa apuesta por lo saludable, el Aceite de Oliva gana terreno a la mantequilla y al aceite de girasol

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