Un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) ha constatado la presencia en tres variedades de aceite de oliva virgen extra (AOVE) del ácido graso nitrooléico, que tendría una probada función antiinflamatoria, preventiva de aterosclerosis y de otras enfermedades cardíacas.

Se trata de un estudio recientemente publicado en la revista ‘Plos One’, titulado ‘Olives and olive oil are sources of electrophilic fatty acid nitroalkenes’, en colaboración con investigadores del Centro de Investigaciones Biomédicas (Ceinbio) de Montevideo (Uruguay) y del Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).

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De esta manera, se ha logrado detectar el nitrooléico, que es el ácido graso básico mayoritario, tanto en la aceituna como en el aceite de oliva virgen extra de tres variedades –picual, arbequina y frantoio–, siendo la variedad picual la de mayor contenido. El aceite de oliva contiene una serie de componentes minoritarios con propiedades antiinflamatorias que afectarían a la salud cardiovascular, y ahora por fin se conocen los componentes responsables de estos efectos.

Así, según palabras de Juan Bautista Barroso, coordinador del proyecto, «ya no se trata de decir que el aceite de oliva virgen extra es magnífico, que tendría propiedades antiinflamatorias y cardiovasculares, como complemento nutricional, sino que tiene un valor añadido de salud«.

Además, a nivel de enfermedades neurodegenerativas, existen también resultados preliminares que indican que el nitrooléico «retrasaría los síntomas de la esclerosis lateral amiotrófica» (ELA), de forma que la presencia de dicha molécula en el aceite de oliva no solamente aporta un valor como complemento nutricional, sino también un valor añadido de salud, y se podría utilizar, si no como fármaco, sí desde el punto de vista de la nutracéutica, es decir, podría convertirse en un nuevo alimento recomendado tanto por nutricionistas como por expertos del sector farmacéutico.

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