Las propiedades del aceite de oliva virgen extra (AOVE) son conocidas por todos y es un producto esencial en la Dieta Mediterránea. Sin duda es el más sano y recomendado para todos los usos, ya sea como aderezo de una ensalada o pasta o hasta para freír.

Es en este punto donde el AOVE toma un cariz especial, ya que recientes estudios han demostrado que el uso del aceite de oliva extra para frituras aligera el contenido calórico de éstas, ya que absorben una menor cantidad de líquido.

Pero también son reseñables sus propiedades tras varios usos, llegando incluso a aumentar su rendimiento. Su resistencia a las altas temperaturas convierte al aceite de oliva virgen extra en el perfecto si lo que se pretende es que sea reutilizado. Es obvio que con cada uso pierde parte de sus propiedades, pero en comparación con otros de su categoría, si se siguen pequeños consejos básicos, puede ser reutilizado sin problemas. Un hecho importante es no calentarlo a más de 180 grados. ¿Cómo conocer la temperatura cuando se fríe en sartén? Muy sencillo. Simplemente hay que observar la textura que tiene. Cuando éste tenga un aspecto líquido, se puede probar introduciendo un trozo de pan en la sartén y, si flota, significa que la temperatura es la adecuada.

Para su conservación es conveniente limpiarlo detenidamente. Esto se consigue filtrándolo con un colador limpio después de cada uso y, si es necesario, varias veces. Cuando el contenido comience a adquirir un color oscuro u opaco, es el momento de dejar de usarlo, ya que su uso excesivo puede ser contraproducente. Ahora, el aceite de oliva virgen extra está preparado para ser reutilizado.

¿Cómo reciclamos el aceite usado?

Después de ser reutilizado el AOVE en nuestras cocinas, llega el momento de desecharlo, ya que ha perdido la mayor parte de sus propiedades beneficiosas. Pero… ¿cómo lo hacemos? Antes de nada debemos tener claro que no lo tenemos que echar por el desagüe, por pequeña que sea la cantidad, ya que provoca un grave problema de contaminación.

La mejor manera de reciclar este aceite que ya no tiene uso para nosotros es almacenarlo y llevarlo a un punto limpio, punto verde o ecoparque que nos proporcione nuestro ayuntamiento, para después ser reutilizado como, por ejemplo, biocombustible.

Otra opción que nos puede facilitar su reciclaje es la utilización de solidificadores de aceite, los cuales convierten nuestro aceite líquido ya no válido en una masa sólida parecida a una pastilla de jabón. Esta puede ser una opción mucho más sencilla y fácil de deshacernos del aceite que ya no utilizamos sin pasar por ningún punto verde. Eso sí, si lo dejamos en uno de estos ecoparques, le damos a nuestro aceite que ya no queremos una nueva vida y utilidad. Siempre una mejor opción.