Existe mucha desinformación entre qué aceite es cuál, y cuando vamos al supermercado estamos familiarizados con términos como aceite de oliva virgen o virgen extra. Pero no sabemos demasiado bien qué significa cada uno, y desgraciadamente muchas veces acabamos fijándonos sólo en el precio. Lo cual no suele ser para nada bueno, sobretodo hablando de aceites.

oliva

La calidad del aceite empieza a certificarse desde el mismo campo y depende de la aceituna y las condiciones de elaboración. Los aceites de oliva virgen y virgen extra se obtienen mediante métodos de extracción. Siempre son mecánicos y sin usar refinado ni ningún tipo de proceso químico.

El virgen extra es el aceite de mayor calidad, sobre todo en su aroma y su sabor. Nunca debe sobrepasar los 0.8º de acidez y su nota de cata cualificada debe ser de 6.5 o mayor. Aunque el virgen, al igual que el virgen extra, también es extraído por medios mecánicos. Su valoración organoléptica (aroma y sabor) es ligeramente inferior.

La única diferencia entre el virgen extra y el virgen, es que el segundo es algo peor de calidad. Pero la diferencia es mínima. Se permite un nivel de acidez de hasta 2º y la nota de cata cualificada en este caso tiene que ser de al menos 5,5.

Por último tenemos el aceite que pierde la denominación de virgen, el que vemos como aceite de oliva a secas en los supermercados. Este aceite es una mezcla de aceite de oliva refinado (máximo 90%) y aceite de oliva virgen o virgen extra. Es el de peor calidad, y sólo hay que probarlo al lado de un aceite virgen o virgen extra. Comprobando que su sabor es completamente diferente, incluso nos viene la palabra químico al tomarlo.

Fuente: cocinillas.es