El turismo es un sector en constante cambio y reinvención, que sabe aprovechar las tendencias del momento y sacarles partido transformándolas en destinos o actividades turísticas de interés.

Este es el caso que hoy te traemos, el llamado “Oleoturismo” o turismo de aceite, basado en la creciente tendencia y atractivo que el AOVE está ganando a nivel mundial.  Su más que evidente calidad gastronómica respecto a cualquier otro aceite de cocina ayuda. De ahí, el nacimiento de la ruta del AOVE.

La ruta del AOVE, ¿quién está interesado?

Uno de los mercados más interesados en nuestros campos de olivos, la producción, la cata y demás experiencias relacionadas con el extra virgen es el nipón, que visita nuestras ciudades y monumentos más emblemáticos, para después pasarse por nuestros campos llenos de la deseada aceituna.

Tanto es así, que en numerosas guías turísticas japonesas, aparecen ya recomendadas ciertas fincas, en las que incluso se hacen recorridos guiados, en los que se ofrecen explicaciones sobre el cultivo, recogida y otros procesos del aceite de oliva. Y es que la moda del turismo del aceite, atrae a un número bastante elevado de nipones hasta nuestro país, que según datos recientes, el pasado año recogió una cifra de más de cinco millones de  turistas.

La ruta del AOVE, algunas actividades.

Dentro de las actividades que se pueden realizar durante estas visitas, encontramos por ejemplo paseos entre algunos de los mejores aceites de oliva virgen extra del mundo, en el cual se recorren oleotecas con muestras de dichos aceites, todos procedentes de campos de la geografía española. Durante los mismos, se recorren todo un conjunto sensorial que va desde el olfato, el gusto o el tacto, dejando a los visitantes con ganas de llevarse litros y litros de nuestro oro líquido.

Así mismo existen varios museos como la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, ubicado en Mora (Toledo), dedicado a la historia del aceite de oliva desde la primera mitad del siglo XIX a nuestros días, en el cual el visitante puede ver desde piezas centenarias únicas, piedras de molino, prensas de viga, tinajas y decanter, zafras y alcuzas, balanzas y romanas, así como la cultura rural a través de sus oficios tradicionales más emblemáticos: el agricultor, el panadero, el guarnicionero y el herrador.

Este es el caso también de Finca La pontezuela, donde el turista puede sumergirse por completo en el mundo del aceite empezando por su cultivo y terminando con la elaboración de sus mejores zumos. Además la visita añade una cata oficial de los aceites de oliva virgen extra que se realizan en la propia finca, una divertida e interesante experiencia para compartir con familia o amigos.

Otra de las actividades que podemos encontrar en estas rutas del aceite son recorridos interactivos con juegos, videomaping o animaciones, en los que puedes por ejemplo diseñar tu propio cultivo de olivos, todo pensado para que los miembros de la familia disfruten juntos del conjunto de la experiencia.

Y por supuesto, tras todas estas rutas, juegos, paseos y visitas, tanto en los museos como en las fincas u otros asociados al Turismo del aceite, los ávidos turistas pueden adquirir todo el aceite que quieran, como recuerdo del bonito día pasado entre olivos y aceitunas.

Así que si todavía no tienes claro donde pasar tus vacaciones de verano, o si vas a estar por zonas de cultivos de olivos, anímate y haz la ruta del AOVE que te apetezca, que seguro lo pasarás en grande y disfrutarás con uno de nuestros emblemas gastronómicos, el aceite de oliva virgen extra.