La industria de la oliva virgen extra ya tiene sabor a mujer. En el campo como en la almazara, la presencia femenina cobra cada vez más protagonismo. En Finca La Pontezuela apostamos por unir tanto a hombres como a mujeres en el sector oleícola, apostando por el talento y la profesionalización independientemente de cuál sea su género. Nuestras compañeras pisan cada vez más fuerte y lo hacen preparadas para cumplir con el reto de poner en valor uno de los mejores AOVE del mundo. Sigue leyendo y descubre la gran relevancia de la mujer en el mundo del AOVE de Finca La Pontezuela.
Desde tiempos remotos, el trabajo de las almazaras ha estado tipificado como una labor exclusivamente de hombres. Las mujeres, sin embargo, tenían como destino la crianza de sus hijos y las labores del hogar. Pero, afortunadamente, el mundo evoluciona y las mentalidades también. Se rompen estereotipos y roles de género para dar paso a un concepto cada vez más consolidado: el de la igualdad.
En Finca La Pontezuela creemos en las personas y en el trabajo bien hecho. Apostamos por la profesionalización, por el talento interno y por esa sensibilidad especial que hace que, a día de hoy, nuestro aceite de oliva virgen extra esté considerado como uno de los mejores del mundo.
Solo un equipo humano con estas características podría conseguirlo. Un equipo formado por hombres y mujeres que se apoyan, se complementan y que trabajan bajo un mismo objetivo en común.
La igualdad, sinónimo de desarrollo en Finca La Pontezuela.
Miriam Neira, nuestra comercial de visitas y guía de Oleoturismo, siempre se ha mostrado orgullosa de pertenecer a un equipo multidisciplinar donde no existen barreras de género. “En Pontezuela siempre me he sentido una más. Acompaño a los compañeros durante la cosecha, la poda u otras tareas diarias para mejorar la calidad de nuestras visitas guiadas en el Centro de Interpretación del Olivar. Y la respuesta de todos ellos no puede ser mejor. Me explican las características del árbol, la importancia del suelo, técnicas de regadío… Todos tenemos claro que formamos un equipo”.
Miriam es de las mujeres que ha vivido la profesión desde dentro, desde la raíz más profunda, por eso nos explica que “siempre he ayudado a mi padre en la huerta, a sembrar, regar y recoger los frutos que tanto sudor cuestan. Hay que trabajar la tierra para poder comprender el sacrificio, compromiso y esfuerzo que conlleva este sector”.
Por su parte, Adriana Gómez, nuestra vendedora de la Oleoteca Gourmet, reconoce que “cada vez somos más las mujeres que nos dedicamos a la recolección de aceitunas, molturación, envasado y venta del AOVE”.
En su caso, fue su pareja quien le inculcó la pasión por este trabajo y de cómo sacar lo mejor de cada cosecha: “Él también se dedica al AOVE y siempre me hablaba de las olivas, de cómo tratarlas para sacar un buen producto. Cuando me brindaron la oportunidad de dedicarme a este sector, rápidamente dije que sí y la verdad es que está siendo una gran experiencia porque nunca dejas de aprender”, explica Adriana.
«La gente viene buscando la calidad de nuestros AOVE».
Miriam y Adriana son dos claros ejemplos de ese afán por superar expectativas y de seguir trabajando porque el nombre de La Pontezuela siga sonando en lo más alto.
“Me siento muy orgullosa de los premios que recibimos ya que ponen en valor todo el trabajo que hay detrás de una botella de AOVE. Cualquier persona puede hacer lo que se proponga y si las oportunidades en una población como Los Navalmorales (donde nos encontramos hoy) son en el sector agrícola, pues hay que aprovechar y adaptarse”, enfatiza Miriam.
Y es que quien se adentra en el mundo de la oliva, difícilmente puede salir de él. Por lo menos, así lo considera Adriana cuando declara que “al comenzar a trabajar me resultó un poco difícil aprender a distinguir los aromas y la madurez de los aceites pero, poco a poco, fui aprendiendo y cogiendo adicción. Ahora, cuando voy a algún restaurante, me fijo en si es aceite maduro o si está molido en verde”.
El tándem que se ha creado en Finca La Pontezuela es único. Personas que sienten curiosidad constante por seguir aprendiendo y por alcanzar nuevos retos.
Añade además que “en estos 4 años que llevo trabajando, he observado cómo la gente ya viene buscando la calidad de nuestros AOVE y no mira tanto los precios. Para nosotros es muy satisfactorio que elijan La Pontezuela y que se reconozca el cuidado y el trato que damos a nuestros olivos para obtener grandes productos”.
Crecer siempre es superarse y la igualdad siempre será sinónimo de desarrollo, de crecimiento y de respeto entre los demás. Para nosotros, todo nuestro equipo humano, hombres y mujeres, es un claro ejemplo de superación al que nunca dejaremos de admirar.
