Almazara es una palabra proveniente del árabe. Significa lugar, molino o industria donde se obtiene el aceite a partir de la oliva o aceituna. En algunas partes de España también es conocido bajo el nombre de trujal. Sigue leyendo y descubre por qué hablamos de majestuosidad de la almazara, un lugar único y mágico.

Ya desde muy temprano, con la aparición del cultivo del aceite de oliva y el lugar donde convertir los frutos del olivar en aceite, la almazara obtendrá una categoría de lugar mágico. Representa para la cultura mediterránea una base de sus valores y el origen de uno de los alimentos más preciados del mundo. Nuestro oro líquido, el aceite de oliva virgen extra.

Partes de una almazara

La almazara gozará para quienes hayan tenido el honor de visitarlas o trabajarlas de un olor característico a alpechín, similar al del propio aceite, en las primeras fases de extracción. A pesar de ser un líquido compuesto en un 83 % de agua, es bastante contaminante. Pero, entre sus usos, está el de fertilizante e incluso el de regadío en etapas de sequía.

Actualmente, en las almazaras, como sucede en la Finca La Pontezuela, su reciclaje o vertido está bajo control. El objetivo es que su eliminación no perjudique al medio ambiente, y se contribuya con la ecología. Se dispone de maquinaria e instalaciones para la eliminación de residuos e incluso para el aprovechamiento y generación de subproductos.

Las almazaras modernas se componen de tres espacios diferenciados según la fase de producción en la que nos hallemos. Bajo el nombre de patio, nave o bodega, se suceden la recepción o limpia; el proceso de molienda, batido y centrifugación; el filtrado; y, finalmente, el almacenamiento.

A pesar de la relativa simplicidad del proceso, lo cierto y verdad es que la grandeza y majestuosidad de los espacios que la componen, así como lo tradicional de la producción, desprenden un romanticismo indiscutible que pocos oficios tienen.

Visita nuestra Finca

Desde La Pontezuela, donde amamos lo que hacemos, hemos invitado siempre a clientes y particulares interesados a visitar nuestras instalaciones, así como a hacerlos partícipes de las catas de nuestros aceites. Porque el valor de las cosas crece cuando las conocemos desde lo más íntimo. Nosotros somos nuestra almazara de alguna forma, y esperamos que a partir de ahora, con estos datos mínimos, también vosotros os sintáis un poco más parte de La Pontezuela.