Como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad según la UNESCO, la dieta mediterránea es considerada una de las dietas más saludables que existen, además de poseer una larga tradición y símbolos agrícolas, de caza y pesca. Respecto a ser una dieta nacida en los países mediterráneos (España, Portugal, Chipre, Croacia, Italia, Marruecos, Grecia y Malta), su reconocimiento internacional la ha extendido para ser muy recomendada en todo el globo.

La dieta mediterránea en Estados Unidos

La última noticia nos viene desde Estados Unidos, donde el Comité Asesor para la Orientación Dietética estadounidense (Dietary Guideline Advisory Committee, DGAC) ha entregado el Informe Científico de 2015 donde recomendaba añadir la dieta mediterránea como modelo dietético americano como modelo más saludable.

Este informe fue elaborado por los 14 expertos en nutrición del DGAC, y se basa en las más recientes investigaciones científicas en este campo. Este comité dio el informe a los departamentos americanos de Agricultura y de Salud y Servicios Humanos para que estos diseñaran los patrones de Dieta Saludable y Dieta Vegetariana para los Estados Unidos además de una Dieta Mediterránea oficial americana. Con todos estos patrones dietarios se pretende que en el país se prevengan un gran número de dolencias y enfermedades, además de una reducción del peso medio por persona.

Según el Comité Asesor para la Orientación Dietética americana, estas tres dietas supondrán una mejor distribución de los alimentos en las comidas de la población estadounidense, además de un consumo más acertado del número de calorías.

En qué consiste la dieta mediterránea.

Para el DGAC, el adulto medio debería de consumir entre dos y tres piezas de fruta diariamente, y entre dos y tres piezas vegetales. Entre los vegetales rojos y naranja, se recomienda un consumo de entre 5 y 6 piezas. Sobre los vegetales verdes oscuros y las legumbres, este comité recomienda a los estadounidenses tomarlas entre 1 y dos comidas semanales.

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La dieta mediterránea, vista por la Fundación Dieta Mediterránea, además de recomendar bañar de aceite de oliva cada comida principal, también se basa en unos altos consumos de frutas y verduras, además de un elevado uso de pan, frutos secos, pasta u arroz, y un consumo bajo de pescado y carnes rojas.

Como bien afirma la Fundación, el aceite de oliva es un gran contenedor de Vitamina E (un importante antioxidante), componentes fenólicos (otro gran proveedor de sustancias antioxidantes). El AOVE supone entre un 17 y un 25 por ciento de las calorías esenciales de la dieta mediterránea, y recomienda el consumo del aceite de oliva virgen extra junto con verduras, ensaladas o legumbres cocidas.

Curiosamente, la propia Fundación Dieta Mediterránea admite que, respecto al desconocimiento general de los beneficios del AOVE por parte de los habitantes del Mediterráneo, siempre han considerado al jugo de la aceituna como parte fundamental de la dieta, y como responsable de la longevidad de la población.