Existen muchas creencias erróneas y mitos sobre el aceite de oliva. Al ser uno de los mejores y más característicos productos de la dieta mediterránea, y debido a la gran diversidad de beneficios y propiedades que ofrece, aparecen muchas mentiras y falsos mitos en torno a este alimento. Todo ello nos puede confundir a la hora de elegir cuál vamos a comprar.

Mitos sobre el aceite de oliva que nos confunden.

Por ejemplo, la calificación de suave e intenso dentro de la categoría de aceite de oliva. Actualmente, existen solo tres maneras de nombrar a este producto según la normativa internacional y europea: aceite de oliva, aceite de oliva virgen y aceite de oliva virgen extra.

Dentro del primero, que es el de peor calidad, están apareciendo en el etiquetado los adjetivos suave o intenso. Estos tratan de cubrir la gama de un aceite de oliva que está refinado, pero que no puede ofrecer esa intensidad organoléptica. Sólo el virgen y el virgen extra contienen los elementos menores eliminados durante el proceso de refinado.

Desmontando mitos sobre el aceite de oliva

Para desmontar estas mentiras sobre si el aceite de oliva puede ser suave o intenso, hay que explicar la composición del aceite y sus cualidades. Este producto se compone en un 97-98% de triglicéridos o ácidos grasos, y el resto son los elementos menores. Como ya hemos dicho, estos solo aparecen en el aceite de oliva virgen y virgen extra. Cuentan con más de 250 compuestos entre los que se encuentran los antioxidantes, vitaminas, carotenos… Son los responsables de dar color, olor y sabor a los aceites, y definir si es suave o intenso.

Respecto a las cualidades saludables, se puede decir que las tres categorías de aceite protegen ante episodios coronarios (corazón, diabetes, colesterol o tensión). Esto es debido al alto porcentaje de ácido oleico. Pero el resto de propiedades saludables (antioxidante, efectos frente a algunos cánceres, enfermedades cognitivas como el alzhéimer o demencia senil, efecto vasodilatador…) sólo se pueden encontrar en los aceites de oliva vírgenes o vírgenes extra. Precisamente, por la presencia de los elementos menores.

Mentiras sobre el aceite de oliva.

Otra de las mentiras o creencias erróneas sobre este alimento es que da lo mismo consumir aceite de oliva virgen o virgen extra. Aunque ambos poseen las mismas propiedades saludables, el virgen extra es donde las propiedades organolépticas y nutricionales de las aceitunas permanecen completamente intactas. Por eso, su sabor es más intenso.

Si en el etiquetado de una botella de aceite de oliva lees suave o intenso, no hagas caso. Es una manera de confundir, ya que solo el aceite de oliva virgen o el virgen extra puede tener esas características.

También pueden confundir y llevar a creencias erróneas otras leyendas (o mentiras) que existen alrededor de este producto. Por ejemplo, que el amargo y picante son defectos. Nada más lejos de la realidad. El sabor amargo proviene de la oleuropeína, un potente antioxidante presente en las aceitunas sanas y bien elaboradas. El picante tiene su origen en el oleocantal, un éster con propiedades antiinflamatorias. Ambos se encuentran en los elementos menores y van asociados a aromas y cualidades organolépticas altamente positivas del aceite de oliva virgen o virgen extra.

Así que ya sabes, olvida los mitos sobre el aceite de oliva. Ni suave, ni intenso: aceite de oliva virgen extra.

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