Las propiedades del aceite de oliva virgen extra son generalmente conocidas; sin embargo, un estudio reciente añade una extraordinaria capacidad: eliminaría las células cancerígenas sin dañar las células sanas. Esto se debe a que entre sus componentes se encuentra el oleocantal, un compuesto orgánico natural del AOVE que rompería una parte de la célula cancerígena, provocando la liberación de enzimas que causarían la muerte de la célula enferma.

Los beneficios del consumo de aceite de oliva virgen extra para ayudar a reducir el riesgo de cáncer ya habrían sido registrados en numerosas investigaciones anteriores. Recordemos el estudio turco publicado en el European Journal of Clinical Nutrition en 2003, en el que se destacaba que el consumo de AOVE brindaría una protección considerable contra el cáncer de colon, de mama y de piel. Además de protegería contra enfermedades coronarias e inhibiría el envejecimiento por estrés oxidativo.

Asimismo, en 2006, la investigadora Karen Collins del American Institute for Cancer Research, afirmó que las numerosas cualidades del aceite de oliva virgen extra provienen de sus más de 30 compuestos con efectos antioxidantes y antiinflamatorios. De la misma forma, Collins sostuvo que la ingesta de aceite de oliva virgen extra incrementa la acción de enzimas que bloquean los carcinógenos.

Con todo, la noticia más reveladora es la que aparece recientemente en la revista Molecular and Cellular Oncology. En el artículo publicado en enero de 2015 por Paul Breslin, profesor de Ciencias de la Nutrición en la Facultad de Ciencias Ambientales y Biológicas de Rutgers, y David Foster y Onica LeGendre del Hunter College, se confirma que el oleocantal eliminaría las células cancerígenas mediante la ruptura de las vesículas que almacenan los residuos de la célula.

Los investigadores descubrieron que después de aplicar oleocantal a las células cancerígenas, estas morían muy rápidamente, en un plazo de entre 30 minutos y una hora. Además, demostraron que las células cancerígenas eran asesinadas por sus propias enzimas, ya que el oleocantal rompería los vesículos de residuos, conocidos como lisosomas, desequilibrando la interacción entre las proteínas necesarias para la estabilidad de la membrana lisosomal y provocando la muerte inmediata de la célula enferma.

Es necesario indicar que las células cancerígenas poseen membranas lisosomales más frágiles en comparación con las células no cancerosas y, por lo tanto, serían susceptibles a la muerte celular inducida por el oleocantal. Por el contrario, este componente del AOVE no afecta las células sanas, sino que las adormece temporalmente para retomar luego del plazo de un día sus ciclos vitales.

Si bien los estudios han sido llevados a cabo en laboratorios, los datos epidemiológicos recogidos en países mediterráneos donde el consumo de aceite de oliva virgen extra es alto, muestran que allí la incidencia del cáncer es menor que en los países escandinavos, el Reino Unido y los Estados Unidos. Por lo tanto, el descubrimiento de los beneficios del oleocantal contenido en el aceite de oliva virgen extra significa un extraordinario y novedoso enfoque para inducir la muerte celular específica del cáncer.