A pesar de que cada vez se demuestra de forma más contunde que el aceite de oliva virgen españoles el mejor del mundo, sigue habiendo un gran respaldo a nivel internacional a uno de nuestros más duros competidores, el aceite de oliva italiano.

Aceite de oliva italiano y la estafa entorno a él

A lo largo de los años el aceite italiano ha sabido jugar muy bien sus cartas y vender de forma impecable imagen de marca, juego que ahora los españoles empezamos a practicar con ayuda de todos los galardones que respaldan la afirmación de que nuestros aceites no tienen comparación.

A raíz de este tema, en el 2012 un grupo de agricultores italianos acusaron a distintas empresas de su propio país de vender aceite de oliva etiquetado como “made in italy” tratándose de aceite de oliva español. La noticia fue todo un escándalo para los productores italianos, o al menos esto nos hicieron pensar, dado que la realidad es que esta práctica llevaba tiempo dándose y a día de hoy sigue ocurriendo.

Y lo cierto es que a pesar de las estrictas medidas que desde la UE se han impuesto para controlar este tipo de fraudes, parece que la facilidad para dar el cambiazo y ganar dinero con ello, no ha echado atrás a las ya llamadas “mafias del aceite de oliva” en Italia, que consiguen que las empresas involucradas se embolsen hasta 5.000 millones de euros anuales.

Aceite de oliva italiano y la mafia

La mafia del aceite de oliva consigue zafarse de la normativa europea respecto al etiquetado y la procedencia del aceite de oliva, manipulando el producto de forma inadecuada para posteriormente venderlo a un precio superior, haciéndose valer de la fama de la identificación “made in italy”, asociada a la mejor calidad en el mercado de los aceites de oliva.

Todo ello no consigue otra cosa si no desprestigiar la marca Italia, a aquellos productores que trabajan de forma honesta y por supuesto a nuestros propios productores, que a pesar de elaborar el mejor de los aceites de oliva del mundo, jamás verán el reconocimiento o prestigio merecido.

Pero el problema va más allá de una cuestión de prestigio, ya que a pesar de ser de los mayores productores a nivel mundial, el precio al cual se vende el litro de aceite de oliva español respecto al italiano, puede llegar a ser la mitad, es decir, conseguimos la mitad de ganancias por un aceite de mejor calidad. Además, que vendamos nuestras olivas a países que luego envasan y comercializan por su cuenta, supone la pérdida de control sobre dicho producto, así como la posibilidad de generar puestos de trabajo locales.

La cuestión se agrava cuando hablamos de aceites de oliva adulterados, que además de estar etiquetados con una procedencia incorrecta, han sido mezclados con olivas de distintos países, lo cual conlleva la pérdida de calidad del producto final, a pesar de no suponer ningún tipo de riesgo para la salud.

Esto conlleva que el consumidor final piense que está pagando y disfrutando de un producto que en realidad no es tal, en el que incluimos a los propios consumidores italianos, que alabarán la gran calidad del producto nacional, estando saboreando un aceite de oliva elaborado en Toledo.

Desde Marca España se ha reconocido en varias ocasiones que “el mejor aceite de oliva es el nuestro, pero durante años no hemos sabido venderlo”, a pesar de lo cual hay que reconocer el esfuerzo realizado para solventar la situación en el último quinquenio. Por lo que sólo queda seguir aportando día a día un poquito más de valor a nuestra marca, en detrimentos del aceite de oliva italiano. De modo que todo el esfuerzo sea reconocido, porque el mejor aceite de oliva es sin duda el español.