Usos y hábitos de consumo del Aceite de Oliva en España

En estos casos, el consumo de aceites de oliva virgen y virgen extra está por encima del aceite de oliva convencional. La repostería y los fritos son los menos asociados al aceite de oliva. En los desayunos, cada vez es más habitual ofrecer una tostada con un chorro de aceite de oliva. El uso para la elaboración de platos calientes o para freír es poco común y habitualmente, los establecimientos donde más se utiliza son los de ticket alto o de cocina mediterránea e italiana.

Según este estudio, el consumidor piensa también que el consumo de este producto en Restauración ha aumentado en los últimos años. Esto se debe a la preocupación, cada vez mayor, por mantener una alimentación sana. Asimismo, el aceite de oliva está asociado a las mesas de los restaurantes y no tanto en cocina, donde presupone el uso preponderante del aceite de girasol. A pesar de ello, ven como muy relevante el uso de aceite de oliva para la cocina, y de hecho lo verían como motivo de elección de restaurante, especialmente el consumidor de mayor edad. Mayoritariamente, estarían incluso dispuestos a pagar algo más por ello. La mayoría prefiere el aceite de oliva a la mantequilla como acompañante del pan y mientras se espera la comida.

Respecto a las Denominaciones de Origen (DO), en general, los consumidores no recuerdan haber recibido el ofrecimiento de un aceite de oliva virgen extra con DO en un restaurante, aunque lo verían como un elemento especialmente importante, debido al efecto que ello tendría en la percepción de calidad y en el impacto positivo que le conceden en relación al sabor del plato. Tras las características organolépticas, en primer lugar la marca/DO (aunque éstas sean poco conocidas), y el precio en segundo son los elementos que usa el consumidor para decidir la calidad de un aceite de oliva (oliva, virgen o virgen extra).