Cocinar con aceite de oliva virgen extra es todo un placer para el paladar, que en los últimos años, países como Estados Unidos, Japón o Rusia han descubierto. Por ello la demanda ha ido incrementándose no sólo en nuestro mercado interno, sino alrededor de todo el mundo. Hablamos del fraude en el etiquetado del aceite de oliva y sus clasificaciones.
El etiquetado del aceite de oliva, la lucha contra el fraude
Y como siempre pasa, cuando un producto es muy demandado y genera beneficios, surgen aquellos que quieren aprovecharse vendiendo lo que no es, al precio que no es.
En este caso hablamos del fraude en el etiquetado del aceite de oliva, que como bien sabes tiene diversas clasificaciones siendo la de mayor calidad “virgen extra”, la cual se consigue cumpliendo diversos requisitos muy concretos, que son los que logran el especial y único sabor del producto.
El pasado mes de Abril salto la alarmante noticia que indicaba que un 69% del aceite etiquetado como virgen extra en los supermercados de California, no lo era, y en muchos casos incluso se encontró que el aceite de oliva había sido mezclado con otros aceites de origen vegetal, lo cual adulteraba totalmente el producto, aunque no resultara peligroso para su consumo.
¿Por qué ocurren estos «errores» en el etiquetado del aceite de oliva?
Y todo esto no es sólo cuestión de sabor, sino también de dinero, ya que el etiquetado virgen extra otorga una calidad mayor que incrementa el precio final, por lo que este tipo de fraudes suponen un grave perjuicio al consumidor.
Esto es debido en parte a que el control a nivel internacional es complicado, por ello en la Unión Europea desde 2014 se aplican diversas normas para reforzar los controles de calidad del aceite de oliva, con tal de promover la imagen del producto en el exterior, así como mejorar la información de los consumidores.
Algunas de estas medidas son establecer un etiquetado más claro y visible, en el que se deben ver la denominación del producto y su origen. Así mismo se aumentaron las sanciones para aquellos que intenten realizar algún tipo de fraude y se ha obligado a los países a realizar un mínimo de inspecciones al año, cuyos resultados son enviados directamente a Bruselas.
Precisamente en este contexto, el pasado 26 de Junio se aprobó en nuestro país un real decreto por el que se regula la realización de estudios y análisis comparativos en alimentos, lo cual ha sido muy demandado por los consumidores precisamente por productos como el aceite de oliva, que han generado cierta controversia a causa de los fraudes en nuestros propios supermercados.
Luchar contra el fraude en el etiquetado del aceite de oliva virgen extra es un asunto de gran importancia, ya que la imagen de rigor y calidad del producto se ve seriamente dañada, llevando a dudas respecto a las bondades del mismo, por lo que se deben implementar todas las medidas necesarias con tal de conseguir que el AOVE siga siendo sinónimo de excelencia.