Los beneficios que aporta el AOVE en la salud general como parte integrante de la dieta mediterránea, no solo son conocidos sino que están ampliamente demostrados.

También se conocen con exactitud los componentes, su desagregación en fracciones saponificables y no saponificables, el porcentaje que cada elemento representa dentro de cada fracción y lo que es más importante, cómo esta composición puede variar de una muestra de aceite a otra en función de la zona de producción, del clima, del grado de madurez del fruto y de su variedad.

Los zumos más cuidados desde el punto de vista tanto del cultivo como de su recolección y envasado van a producir aceites de alta calidad y efectos beneficiosos no sólo para su ingesta sino para su aplicación tópica, es decir, a través de la piel.

Entre los efectos que el AOVE  puede producir a nivel de la piel destacan:

  • Hidratación natural altamente eficaz. El AOVE  permite una hidratación en planos profundos muy superior a otros agentes hidratantes. La base en la que se sustenta esta propiedad es la capacidad de este aceite de potenciar y ayudar al “manto ácido de la piel” en su función protectora.

La superficie cutánea está cubierta por una película hidrolipídica (emulsión de agua y grasas) que cumple un papel fundamental en el control de la evaporación del agua procedente del organismo, permitiendo que el agua se quede retenida en la epidermis mejorando la hidratación y firmeza de la piel.

Las grasas vegetales procedentes del AOVE contribuyen a la mejora de esta barrera hidrolipídica, evitando la evaporación del agua  contribuyendo al mantenimiento  de la hidratación y firmeza.

  • Acción protectora y reparadora. Este efecto del AOVE sobre la piel está en relación con la composición de lípidos de este aceite (triglicéridos, ácidos grasos libres, colesterol, escualeno) y su afinidad con los que sintetiza la propia piel. La síntesis de lípidos por parte de las glándulas de la piel, así como su correcta regulación son imprescindibles para el mantenimiento de una piel sana, turgente y firme.

Una secreción insuficiente de lípidos hace que la piel pierda agua y aparezca seca y descamada. La capa cornea se hace más gruesa y compacta dando a la piel un aspecto rugoso y engrosado, favoreciendo la formación de arrugas.

La aplicación de una fina capa de AOVE sobre la piel podría, por tanto, contribuir a mantener un aspecto de la piel más saludable evitando la obstrucción de los poros y permitiendo la oxigenación adecuada de la piel.

  • Antioxidante natural. La acción antioxidante del AOVE  aportada a través de polifenoles, vitamina E y beta-carotenos, confiere a las células de la piel una importante herramienta en la lucha contra el envejecimiento.

Los antioxidantes son elementos que tienen como función eliminar de nuestro organismo los radicales libres. Estos “radicales” son el resultado  de la oxidación celular y desempeñan un importante papel en la eliminación de microorganismos patógenos. El problema se produce cuando hay un exceso de estos radicales libres ya que alteran la carga genética de las células (ADN) impidiendo la adecuada renovación celular y alteran su funcionamiento.

El  tocoferol y los polifenoles presentes en el AOVE podrían actuar en los tejidos del organismo impidiendo o retrasando la degeneración y/o envejecimiento de los mismos debido a la oxidación.

Para finalizar hacer hincapié en la importancia del cuidado y limpieza de la piel para el mantenimiento de sus funciones.

El uso de jabones elaborados a base de AOVE son respetuosos no sólo con el pH de nuestra piel sino también con el medio ambiente. Se minimiza así el impacto negativo que otros agentes limpiadores realizados a base de productos químicos, sintéticos y derivados del petróleo tienen sobre la salud en general.

Elaborado por la Doctora Teresa García

Fotografía de jabones artesanales de Aloe, calendula y AOVE por la Doctora Teresa García