Para asegurar que tu aceite de oliva está perfecto, son importantes algunos factores como la materia prima, el proceso de elaboración y la calidad diferenciada que ya depende en mayor medida del factor humano, y del ambiente donde lo tratemos.

Para aquellos que al leer este título se dispongan a teclear AOVE en el buscador de turno para averiguar el significado de dichas siglas, nos tomamos la libertad, con permiso, de aclararlo ligeramente: AOVE para los amigos, es más conocido en su nombre completo cómo Aceite de Oliva Virgen Extra, pero, ¿qué olivas conforman este aceite? ¿qué tipos de olivas nos ofrecen ya desde el árbol una calidad tan excelente en este producto? ¿cómo distinguir las diferentes variedades?

Para hacernos una idea acerca de la enorme cantidad de tipos de olivas que existen y de los diferentes aceites que se obtienen de ellos, basta decir que en España se han catalogado más de 250 variedades para cultivo. Entre todas ellas, destaca la Picual, de la cuál se obtiene aproximadamente la mitad del oro líquido hispano. Estas olivas son especialmente abundantes en la provincia de Jaén, dónde abarcan más del 90 por ciento de la producción, y reciben su nombre por la forma apuntada del ápice en el fruto. Siendo la principal variedad de oliva para aceite, no solamente en Jaén sino también en toda Andalucía, la distinguimos además por el color negro que presenta en su maduración y por su forma elíptica y asimétrica. Asimismo, tiene lo que se considera un tamaño mediano y una vez abierta, podemos observar como el hueso presenta la misma apariencia en cuánto a forma que la oliva. El árbol lo podemos distinguir por su porte abierto y por la espesa densidad de su copa, así cómo por el color gris claro de las ramas fructíferas.

Aún así, y siendo esta variedad anteriormente nombrada la más abundante en Andalucía y España, entre otras razones por suscitar un especial interés hacia el aceite que se obtiene de ella, existen otras muchos tipos de olivas de interés, por ejemplo, la llamada Cornicabra. A estas olivas las distinguimos fácilmente de las otras por tener una forma más alargada y ligeramente más curvada, así cómo por las hojas en el árbol, cortas y estrechas. Podríamos decir que esta variedad se alza con la medalla de plata en cuánto a producción en el territorio español, ya que es la más abundante en cuánto a superficie cultivada, principalmente presente en las provincias de Ciudad Real, Madrid y Toledo.

Aunque estas dos variedades son las que conforman la mayor parte de nuestros AOVE, existen otros tipos de oliva dignos de nombrar, cómo pueden ser la Arbequina, típica y representativa de Cataluña, o la Hojiblanca, dominante en Málaga y Córdoba. Existen otros muchos más tipos de olivas, cada una con sus cualidades que las hacen únicas.

Cabe decir, al margen de distinguir las olivas por sus características físicas, que la mejor manera de conocerlas y disfrutarlas es, sin duda, disfrutar de los AOVE que cada una de ellas nos ofrece, por lo que, desde nuestra humilde opinión, y cómo despedida, les invitamos a ello, una experiencia sin duda enriquecedora.